Hace nada fui al teatro a ver el espectáculo de Gomaespuma “Nada Sabe Nadie”. Si os gusta Gomaespuma es un MUST (es que me he vuelto muy cool). Yo no me pierdo un espectáculo de teatro porque la cultura es una cosa que me pone (palote). Ésta es la tercera vez en mi vida que voy al teatro. Tengo que admitirlo públicamente porque un blog también es una terapia de grupo. ¡¡Aunque mi grupo es muy reducido!! Jajajjaaa
Ahora vamos a las cosas que me pasan a mí. Últimamente por bocazas.
Antes de empezar la función había bastante cola para ir a los baños. ¡¡Incluso el baño de tíos tenía cola!! (queue, I mean, oh yeah). Así que había una señora esperando para entrar en el baño de minusválidos. A mí me pareció normal que estando todos los baños llenos, estuviera esperando para entrar en el de minusválidos. Desde mi punto de vista en una situación así, ¿qué sentido tiene tener un baño libre y mucha gente esperando en el resto? Así que con este estupendo razonamiento…
– Ah, mira voy a hacer lo mismo y me pongo yo también en la cola del baño de minusválidos.
– Ya, pero es que yo tengo una minusvalía del 65%…
– Perdón (esto sin siquiera poder mirarla a la cara)
Y me fui de allí arrugadito, lo cual, teniendo en cuenta mi corpulencia, me deja en un estado de prácticamente invisibilidad. Rafa… eres un bocazas.
El final del espectáculo consiste en responder a preguntas que hace el público. Yo rellené una tarjeta así:
Autor: TheEarlyBirdSp(@gmail.com)
(En realidad puse mi verdadero nombre y email)
Pregunta: Es posible conoceros en persona hoy u otro día? (Por si cuela. It’d be great!!)
Cuando llegó el momento, había una urna con todas las preguntas y hacían que la gente cogiera una al azar y la leyera. Contestaron 3 preguntas. Sí, la mía, que en realidad no era una pregunta, fue la tercera.
Fui el único en poner nombre de apellido en la tarjeta. Ya sólo con eso se descojonaron un poco. Luego preguntaron dónde estaba TheEarlyBird y yo en plan paletaco total desde mi asiento en el primer piso, me puse los dedos en la boca y pegué un silbido que debí dejar sordos a los de al lado. Vamos, me comporté peor que una grupie de Justin Bieber. Evidentemente no contestaron la pregunta pero aprovecharon para decir que tenían vidas normales y que incluso Javier Fesser había sido camillero en Lourdes, y contó una cosa graciosa que le ocurrió entonces.
Últimamente estoy alterado. Es posible que esto me dé para más historias dignas de este blog de corte esquizofrénico