Acabo de volver de los 100km / 10h en bicicleta por vías agropecuarias de Madrid a los que me apunté en un ligero momento de estupidez. La organización se ha equivocado y al final han sido 85 km. Si llegan a ser 100 probablemente me hubiera retirado en el último punto, sobre el km 75, porque ya estaba que no podía con mi alma y mis piernas no daban para más.
En la salida daban el rutómetro de la prueba donde había que ir sellando en los distintos puntos de control, el dorsal para la camiseta, una pegatina con el dorsal, te pintaban el dorsal en el brazo y unos imperdibles para sujetar el dorsal de la camiseta.
Mi estrategia con el rutómetro consistía en pegarme a alguien con pinta de saber a dónde iba. Menos mal que había señales por todas partes (cintas de plástico con el nombre de la prueba enganchadas en árboles o en cualquier cosa) por lo que era complicado perderse. Al final he podido ir a mi aire, sin perseguir a nadie, mucho rato. Lo contrario hubiera sido imposible. ¡Para perseguir a alguien estaba yo!
A pesar de todo yo he conseguido perderme en dos ocasiones y en otras dos que me iba a equivocar de recorrido, los de la organización me han corregido. Aunque era peor encontrar el camino.
El plan B para cuando tenía la impresión de no ir por el camino correcto era seguir el recorrido que había descargado en el móvil. Aquí no sale cerrado pero no sé el motivo ni me importa porque estoy cansado.
Además, como no me dieron imperdibles para el dorsal, los he tenido que pedir. La chica de la organización me ha dado un puñado. ¡¡7 imperdibles!! Me ha debido ver cara de espabilado, ¿no?
Mirad que contentos salen antes de empezar. Es la última sonrisa de todos ellos en el día.
También nos han dado una camiseta (horrible).
Y diversos cachivaches. Un Ice Power que apenas sé lo que es porque he leído palabras sueltas del folleto. Una ampolla de glucosa. Unas gafas de sol ¿Abanderado? Y “lo mejor” (surrealista): un mapa de transportes públicos de Madrid.
Al principio la gente iba a toda leche. Me parece que es porque algunos de ellos hacían la prueba de 34 km, que sigo sin saber si existe. Tras parar en el primer polideportivo en Tres Cantos la cosa se ha relajado bastante. En las áreas de descanso programadas, dos, daban agua y ampollas de glucosa. Además, ensalada de pasta de Isabel y Gatorade (primer polideportivo de descanso) o barras de cereales (segundo polideportivo).
Al llegar al primer polideportivo de descanso he visto que mi rueda delantera estaba casi sin aire. En un momento de optimismo la he vuelto a inflar pensando que podía haber perdido presión por las cacho piedras por las que he pasado.
Luego he visto que no era así y que tenía un pequeño pinchazo. Aún así, la he inflado otro par de veces durante el camino con tal de no cambiar la cámara (sólo llevaba una de repuesto).
Cuando empezaba a pensar en retirarme porque no podía más, me entero en el segundo polideportivo de descanso, de que por un error de la organización el recorrido es 15km menor de los 100km que dice la prueba, por lo que decido intentar terminar aunque sea andando (que poco más o menos fue lo que al final ha pasado).
Tras varios sustos por casi caídas en mitad de los campos de diorrr, estoy a punto de darme un piñazo porque la rueda estaba tan desinflada que poco más o menos iba en la llanta. Decido cambiar la cámara. Paro al lado de dos tíos que, a pesar de que yo no pillo estas cosas, estoy seguro de que eran gays. Los tíos estaban comiendo un poco antes de continuar para recuperar y al ver que me pongo a cambiar la rueda se quedan un poco como el que no quiere la cosa para ayudarme (muy majetes ellos). Con la rueda nueva hago los últimos 15 km bajándome de la bicicleta en al menos 4 cuestas que veo porque ya no podía más y hasta se me estaba quedando pillado un músculo del muslo (eso es todo lo que sé de anatomía).
Sin poder pensar en nada más que en terminar de una vez, llego a la meta. Al llegar te hacen una foto. Yo creo que salgo mirando al suelo y ni se me ve la cara porque estaba acabado. Mientras me dan el súper diploma, otro que está ahí dice que no va a coger al bici en al menos 15 días. Yo estaba pensando en cuánto me darían por ella o en lanzarla al fondo del Manzanares.
Me voy al sobre. Es sábado. Igual me despierto el lunes. 🙂