Archive for June, 2012

100km / 10h

June 9, 2012

Acabo de volver de los 100km / 10h en bicicleta por vías agropecuarias de Madrid a los que me apunté en un ligero momento de estupidez. La organización se ha equivocado y al final han sido 85 km. Si llegan a ser 100 probablemente me hubiera retirado en el último punto, sobre el km 75, porque ya estaba que no podía con mi alma y mis piernas no daban para más.

En la salida daban el rutómetro de la prueba donde había que ir sellando en los distintos puntos de control, el dorsal para la camiseta, una pegatina con el dorsal, te pintaban el dorsal en el brazo y unos imperdibles para sujetar el dorsal de la camiseta.

Mi estrategia con el rutómetro consistía en pegarme a alguien con pinta de saber a dónde iba. Menos mal que había señales por todas partes (cintas de plástico con el nombre de la prueba enganchadas en árboles o en cualquier cosa) por lo que era complicado perderse. Al final he podido ir a mi aire, sin perseguir a nadie, mucho rato. Lo contrario hubiera sido imposible. ¡Para perseguir a alguien estaba yo!

A pesar de todo yo he conseguido perderme en dos ocasiones y en otras dos que me iba a equivocar de recorrido, los de la organización me han corregido. Aunque era peor encontrar el camino.

El plan B para cuando tenía la impresión de no ir por el camino correcto era seguir el recorrido que había descargado en el móvil. Aquí no sale cerrado pero no sé el motivo ni me importa porque estoy cansado.

Además, como no me dieron imperdibles para el dorsal, los he tenido que pedir. La chica de la organización me ha dado un puñado. ¡¡7 imperdibles!! Me ha debido ver cara de espabilado, ¿no?

Mirad que contentos salen antes de empezar. Es la última sonrisa de todos ellos en el día.

También nos han dado una camiseta (horrible).

Y diversos cachivaches. Un Ice Power que apenas sé lo que es porque he leído palabras sueltas del folleto. Una ampolla de glucosa. Unas gafas de sol ¿Abanderado? Y “lo mejor” (surrealista): un mapa de transportes públicos de Madrid.

Al principio la gente iba a toda leche. Me parece que es porque algunos de ellos hacían la prueba de 34 km, que sigo sin saber si existe. Tras parar en el primer polideportivo en Tres Cantos la cosa se ha relajado bastante. En las áreas de descanso programadas, dos, daban agua y ampollas de glucosa. Además,  ensalada de pasta de Isabel y Gatorade (primer polideportivo de descanso) o barras de cereales (segundo polideportivo).

Al llegar al primer polideportivo de descanso he visto que mi rueda delantera estaba casi sin aire. En un momento de optimismo la he vuelto a inflar pensando que podía haber perdido presión por las cacho piedras por las que he pasado.

Luego he visto que no era así y que tenía un pequeño pinchazo. Aún así, la he inflado otro par de veces durante el camino con tal de no cambiar la cámara (sólo llevaba una de repuesto).

Cuando empezaba a pensar en retirarme porque no podía más, me entero en el segundo polideportivo de descanso, de que por un error de la organización el recorrido es 15km menor de los 100km que dice la prueba, por lo que decido intentar terminar aunque sea andando (que poco más o menos fue lo que al final ha pasado).

Tras varios sustos por casi caídas en mitad de los campos de diorrr, estoy a punto de darme un piñazo porque la rueda estaba tan desinflada que poco más o menos iba en la llanta. Decido cambiar la cámara. Paro al lado de dos tíos que, a pesar de que yo no pillo estas cosas, estoy seguro de que eran gays. Los tíos estaban comiendo un poco antes de continuar para recuperar y al ver que me pongo a cambiar la rueda se quedan un poco como el que no quiere la cosa para ayudarme (muy majetes ellos). Con la rueda nueva hago los últimos 15 km bajándome de la bicicleta en al menos 4 cuestas que veo porque ya no podía más y hasta se me estaba quedando pillado un músculo del muslo (eso es todo lo que sé de anatomía).

Sin poder pensar en nada más que en terminar de una vez, llego a la meta. Al llegar te hacen una foto. Yo creo que salgo mirando al suelo y ni se me ve la cara porque estaba acabado. Mientras me dan el súper diploma, otro que está ahí dice que no va a coger al bici en al menos 15 días. Yo estaba pensando en cuánto me darían por ella o en lanzarla al fondo del Manzanares.

Me voy al sobre. Es sábado. Igual me despierto el lunes. 🙂

Eslovenia (y II)

June 9, 2012

Al día siguiente (domingo) fuimos a Piran (costa de Eslovenia) con un amigo de Jorge del trabajo y su novia.

Eslovenia tiene poca costa. Miras de frente o a la derecha y ves Italia. Miras a la izquierda y ves Croacia. No hay playas como tales. Antes de la costa suele ser un monte no muy alto, luego una franja de guijarros y el mar. Nada de arena y grandes zonas para cocinarse uno mismo al sol vuelta y vuelta.

El lunes fui a mi aire a visitar unas cuevas. Las visitas son guiadas y pueden comprarse tickets para dos recorridos: el nuevo y el viejo. El nuevo no vale la pena.

Fui en tren y cuando llegué a la estación me dispuse a andar algo más de 30 min hasta las cuevas como había leído en alguna página en Internet.

La primera vez que coges un tren no estás seguro de que sea el correcto porque algunos están “tuneados” de forma curiosa.

Al preguntar la dirección hacia las cuevas, el conductor de un minibús se ofreció a llevarme junto a otras personas que llegaron en el mismo tren. Entre que tenía ganas de andar y que, tras un fin de semana que pasé en Marrakech hace unos meses tengo el Síndrome de Marrakech (cualquier persona amable te quiere cobrar por lo que sea), insistí en que quería andar. El tío me dijo que el bus era gratis. En este punto ya no era cuestión de decir “Ah, en ese caso, sí” y seguí empeñado en andar. El tío se quedó pensando y me dijo que por él perfecto, que me acercaba en el bus 1km hasta un cruce de carreteras y que allí me indicaba. Así lo hizo, y me bajé del bus ante el asombro del resto. Me señaló la dirección de las cuevas y yo ví señales de gente andando en la dirección que me indicaba. El bus se fue y me puse andar. Empecé un bonito camino en medio “del verde”. No hubo más señales del camino. A los 200m de camino decido cancelar el proyecto porque no me veo capaz de sacarlo adelante sin que la policía tenga que salir a buscarme a altas horas de la noche aunque en ese momento fueran las 11h de la mañana. No es la primera vez que hago una cosa de éstas, así que pensé “¿Pero qué necesidad tengo de hacer estas cosas? ¿EEeeeehhhh?”. Así que antes de pasarme horas andando perdido, volví a la carretera y decidí ir por donde se había ido el bus y seguir las señales de la carretera. Hala, a andar como un loco por la carretera.

Cuidado: motoristas que se tiran de la moto en marcha.

Siguiendo hacia las cuevas

Las cuevas están muy bien. Estalactitas, estalagmitas, columnas formadas por la unión de ambas, río en el fondo de la cueva, 140m de altura de la cueva en el lugar más alto. Bastante impresionante. Estalactitas blancas y brillantes en formación, marrones y mates cuyo crecimiento se ha detenido, algunas un poco verdes porque la luz de los focos “contamina” la cueva y comienza a crecer en ellas flora que no debería estar allí, montaña negra que no es ni estalactita ni estalagmita sino una montaña de mierda (guano) procedente de la colonia de murciélagos que hay justo encima. Lo típico, vaya.

Al terminar la visita, llueve y con ese panorama pregunto a una de las guías cómo llegar desde ahí a la estación de tren (ahora sí que pagaría por el bus de antes, pero hace un par de horas que se ha acabado el servicio). Le pongo los ojitos del gato de Shreck y decide que me acerca ella en su coche porque esa es la última visita del día (y sólo son las 5 de la tarde). Voy con ella en su coche mientras se me cae la baba un poco, pero con mis grandes reflejos no digo nada ni gracioso ni interesante y ni siquiera le doy mi correo por si algún día quiere visitar Madrid y quiere preguntar algo para organizar su viaje. Tengo que hacerme con otros reflejos. Los míos está claro que no funcionan jamás.

Al día siguiente (martes) vagabundeo bajo la lluvia sin demasiado rumbo por Ljubljana, me pierdo un poco y al volver hacia el centro consigo una vez más (ya me pasó en Cracovia) acabar cruzando unas vías de tren en el paseo. Supongo que esto no es normal pero parece ser que tengo facilidad para esto.

En el parque Tivoli de Ljubljana encontré un tanque gay.

También pude ver Hollywood.

Como alojamiento hostel en Ljubljana está curioso el Hostel Celica, antigua cárcel, luego galería de arte y ahora hostel.

Eslovenia (I)

June 9, 2012

Hace poco pasé un fin de semana largo en Eslovenia visitando a Jorge que está allí unas semanas por trabajo.

Volé de Madrid a Venecia y allí cogí una “fregoneta” (me da igual que en la web salgan autobuses y microbuses, yo fui y volví en “jurgoneta”) que me llevó hasta Ljubljana en unas 3h. El tío que condujo a la ida lo hizo a una velocidad cercana a la de la luz y gracias a él durante el viaje tuve algunos ticks nerviosos nuevos en forma de músculos faciales que se movían a su bola.

El primer día (sábado) fui con Jorge a visitar Bled que por lo visto es un destino turístico. Un lago en mitad de las montañas con una islita en medio.

Los dos primeros días estuve en un hostel y los 3 siguientes en otro distinto. Al levantarme salí a la calle a buscar algo para desayunar. Los únicos sitios abiertos no parecían tener más que bebidas y yo también quería comer algo. Aproveché que había un mercadillo por ser fin de semana y me puse a mirar un poco lo que tenían. Tras ver unos pocos puestos, encontré como un bizcocho de tamaño desayuno individual y cuando, mediante el magnífico lenguaje de signos, conseguí hacerme entender, el payo me dijo que “No eggs, no sugar” y me pareció entender que tampoco “butter”, asi que… “¿¿¿pero de qué coño esté hecho esto, desgraciado???”. “Vegan, vegan” me decía. Lo compré y me fui a pedir “un algo” para empujarlo.

Al llegar al bar / cafetería tartamudeé un “choc, choc, chocolate, hot chocolate” y la dependienta se quedó en estado de shock. La de mi lado empezó a reírse y dijo que la dependienta había entendido que yo preguntaba por el baño o algo similar. Las legañas no me dejaron disfrutar de la situación tanto como la de mi lado pero conseguí hacerme con el chocolate (tengo que volver a tomar cafeína. Pedir un coffee siempre es más sencillo). Finalmente conseguí desayunar un chocolate de sobre con un soso y sanísimo bizcocho.

El día lo pasamos hablando, dando vueltas alrededor del lago y haciendo el guiri alquilando una barca para remar a la isla del centro y conseguir un magnífico color rojo langostino. Supongo que lo mismo que hacer el chorra en El Retiro pero “mucho más mejor”.

Gran estilo remando…

Al comer allí dicen que lo mejor es pedir de postre la famosa tarta de crema de Bled.

Pos vale. Nada nuevo.

Por lo visto también conviene tener cuidado con las ranas.

Volvimos a Ljubljana como llegamos, en tren con un transbordo. Al hacer el transbordo había un tren antes de la hora que teníamos nosotros en el billete pero al preguntar nos dijeros que es el que iba a Ljubljana. Nos subimos y volvimos mucho más rápido de lo que tardamos en llegar por la mañana. Aunque fue porque era un tren internacional y no el nuestro, así que el revisor nos cobró un par de euros de más por listos. Mejor que una multa y mereció la pena equivocarse de tren.