He estado una semana en Zurich visitando a unos amigos y ahí va mi visión de Zurich y alrededores. Visión sesgada, parcial y despojada (¡despojada!) de cualquier aspecto cultural ya que mi fobia por las catedrales, los museos y demases sale del armario. Tendré que reconocer que soy bruto, pero si en Madrid no voy a los museos… ¿qué narices hago en un museo extranjero? No, no, no.
Sitios en los que he estado:
– Basilea: ciudad con casas, catedrales, museos, blablabla. Para mí lo más destacado fue descubrir que una misma ciudad puede estar dividida en distintos países, en este caso, Suiza, Francia y Alemania.
– Schaffhausen & Rhine Falls: la ciudad es una ciudad.

Y las cascadas son cascadas

– Lucerna & Monte Pilatus: ciudad y monte.
– Fábrica Lindt: no se puede visitar, pero tiene una tienda donde venden todo más barato y no sabes cuándo has comprado suficiente. Coges tabletas de distintos chocolates y bombones y es como las pipas: no puedes parar.

– Zurich & Uetliberg: ooootra ciudad y el monte que está a su lado y desde el que se ve la ciudad completa.
– Säntis: otra montaña con, atención aquí viene lo tremendo, parte de abajo

y parte de arriba

O quizá al revés.
Algún apunte más:
– El transporte en Zurich es muy muy bueno. Va por zonas y cuando pagas por unas determinadas zonas, viajas por ellas en los transportes que haya, ya sea tren, tranvía, barco o teleférico. Eso sí, transporte caro, caro, caro. Si vives allí te compras una tarjeta para pagar la mitad en todos los billetes que compres. Si eres turista… digamos que a la pregunta de “¿Cómo podemos fomentar el turismo?” la respuesta fue “Hagamos que los turistas paguen el doble por el transporte”. Con dos cojones. Al próximo guiri que me pregunte algo por la calle le voy a preguntar la procedencia. En caso de ser Suizo… me va a tener que pagar hasta por la información errónea que le dé. ¡Mamones!
– La bebida nacional es el Red Bull. Bebida que en el país vecino estuvo prohibida durante 12 años, en Suiza se bebe como agua. Incluso existen latas de casi medio litro.
– No conseguí ver a Heidi ni tampoco a la vaca Milka (que mi subconsciente ha decidido por sí mismo que tiene que estar en Suiza).
– Las ciudades son ciudades, las catedrales son catedrales and so on. Pero existe algún que otro false friend.

– Y para terminar… Die Post! Die!
