Me voy superando. Esto debió de pasar en mayo, así que ahí va un post de “rabiosa actualidad”. Lo tenía por ahí esperando a qué sé yo.
El resultado del Tag Rugby es que ganamos nuestra liguilla y jugamos la final con los champiñones de la otra liga de beginners.
Para los partidos nunca hubo problema para los jugadores. Como mucho para las jugadoras, porque se necesita un número mínimo de chicas para jugar. Pero para la final, había más gente que plazas. Sobraban dos personas. Se buscaban voluntarios. Y cuando me llegó el tío que organizó el equipo de la empresa, que se encargó de todo y me preguntó si podía hablar conmigo un momento y me lo planteó directamente y le ves que tampoco estaba muy cómodo, pues te haces voluntario. Pedazo de asqueroso. Cuando se muera lo van a tener que enterrar con hojas de morera para que se le acerquen los gusanos… En realidad no es para tanto, pero el otro día lo oí y tenía que ponerlo en algún lado, juasjuasjuasjuasjuas.
De todas formas, me pasé por la final a ver qué pasaba. Lo típico. Animando con las mallas y los pompones. Puaj. Y creo que empatamos hasta en la prórroga, pero por lo visto, en lugar de más prórrogas, gana el primero que hubiera marcado. Y no fuimos nosotros. Que lo importante es participar… ¡¡Y una mierda!! O quedo el último o el primero pero, ¿¿qué es eso de segundo??
Luego todos a casa a ducharse para más tarde ir al centro a tomar unas pintas en la entrega de trofeos. Woooooow. Entrega de trofeeeeeeos. La excusa de los trofeos fue la única que sirvió para que un partido tuviera el famoso tercer tiempo de las pintas. Aunque no para mí, porque no fui. Creo que fue de las pocas veces que era el único no irlandés y no estaba de humor para estar varias horas sonriente sin enterarme de nada, que luego tengo tirones en las mejillas. Porque cuando hablan entre ellos y encima el tema es libre… es jodido hasta pillar palabras sueltas para intentar inventarse lo que están diciendo.